La pintura argelina se desarrolla a partir del siglo veinte, paralelamente al movimientonacionalista. Las artes plásticas nacen de una doble herencia: la herencia colonial que tuvo un impacto innegable sobre la pintura y la herencia cultural argelina nacida de la voluntad de los artistas deseosos de desarrollar un arte argelino ligado a las tradiciones culturales propias de Argelia. 

Desde estas primeras tentativas, la pintura evolucionó mucho con esta idea de doble herencia que marcó con sus huellas el período post-independencia. 

Fue así como en los años sesenta, un buen número de artistas jóvenes, que se desplazaron a París, tales como Benanteur, Issiakhem, Guermez, Khadda, Aksouh… introdujeron nuevos conceptos como la abstracción y se interesaron por la utilización del signo como acto de salvaguardia del lugar con su cultura de origen. Gracias a estos artistas fue restituyéndose el lugar con la memoria a través de la caligrafía o la simbología berebere.  

La década de los años setenta ve la emergencia de nuevas caras como Akmoum, Zoubir-Hellal, Mesli, Chegrane... que siguen el mismo camino de los mayores utilizando también símbolos. 

Los años ochenta y noventa ven cómo nace una nueva forma de pintura que echa mano del neo-fauvismo y del neo-expresionismo. Esta experiencia es el reflejo de la inquietud y la angustia que resienten los argelinos como consecuencia del terrorismo que conoció el país durante este período. Destacan los artistas S. Djeffal, A.A. Mameri, Belhachmi, Aït Harra, Sergona, etc.

Paralelamente a este movimiento, otros artistas adoptaron un estilo introspectivo, meditativo donde resaltan formas más figurativas: Pertenecen a esta movida artistas como Bourdine, Louaïl, Oulhaci, Ali Khodja... Sus obras se caracterizan por un estilo donde sobresale una visión subjetiva y no realista.  

Otra corriente, llamada tradicionalista, ocupa la escena de las artes plásticas al lado de las demás corrientes citadas anteriormente; sus representantes son Bencheikh, Sahouli, Sahraoui, Krim. Sus obras están formadas por paisajes locales, escenas de guerras, miniaturas, retratos. 

Mujeres pintoras

Las mujeres argelinas han todavía dejado sus sellos femeninos en el arte de pintura como sus amigos hombres. A través sus pinturas han exprimido sus emociones y condición de vida y la vida de sus hermanas argelinas.

Esas artistas lo que hicieron ya desde sus principios como mujeres pintoras, era ir conquistando espacios y abriendo caminos a la historia del arte femenino en Argelia. Tras la independencia, se ha hecho posible la formación artística de la mujer. Aunque son poco representadas, estas mujeres existen. De la generacn de los  años 60-70, se puede citar a S. Belbahar, A. Haddad, L. Ferhat... Algunas de las que forman la generación siguiente son N. Sadoun, A. Zerrouki, F. Bisker... Son mucho más numerosas las más jóvenes cuya mayoría ha salido de la Escuela de Bellas Artes de Argel.

Todas ellas exigen que se las mire como a mujeres artistas. Su arte está dividido entre la audacia exterior de las formas, de los colores, de la composición de su obra y su exilio interior por ser mujer y artista a la vez.